El certificado energético se ha convertido en un documento imprescindible a la hora de vender o alquilar un inmueble al tratarse de una certificación que recoge el consumo energético y las emisiones de CO2 de un inmueble en venta o en alquiler.
El documento especifica el nivel de emisiones de CO2 en comparación con las dimensiones del edificio mediante una escala de siete letras, de la A a la G. De este modo, se pretende que el comprador o el inquilino pueda valorar y comparar la eficiencia energética antes de la compra o el alquiler del inmueble.
La responsabilidad de obtener este certificado energético es del propietario de la vivienda, quien debe contratar el servicio de un técnico certificador para obtener su certificado. En caso de no disponer de dicho certificado, propietarios e inmobiliarias pueden ser sancionados con multas que van desde los 300 hasta los 6.000 euros.
Es importante destacar que el certificado energético es obligatorio en España desde el 1 de junio de 2013. La normativa procede de una Directiva Europea que España acató a través del Real Decreto 235/2013.